Articulo: Historia de la Fundación de la Cooperativa «La Caroyense»

Muchos de nuestros asociados no conocen el origen ni los hombres que han intervenido en la fundación de la cooperativa, por cuyo motivo creemos de interés para todos, hacer una pequeña reseña historiando (sic.) los primeros actos que fueron fundamentales para la cimentación de la organización Agraria en esta Colonia. También conceptuamos un deber de que todos conozcan los iniciadores, fundadores y primeros sostenedores de la Sociedad.
A principios del año 1930, la Federación Agraria Argentina resuelve organizar en esta Colonia una Seccional, o sea una filial de la misma; por entonces existían ya algunos colonos que conocían las actividades gremiales de la Federación, por medio del periódico «La Tierra», entonces Diario. Al llegar el delegado de la Central señor Armando Porta se·forman dos comisiones, las que recorren la Colonia visitando a los agricultores e invitando a todos a asociarse. Durante una semana recorrieron la zona cumpliendo la misión de proselitismo. Las comisiones estaban formadas por los delegados Sres. Armando Porta y José Varela y los señores Máximo Bergagna, Juan B. Visintini, José Minetti, Agustín Peressotti y otros. Los colonos que se asociaban eran invitados a la primer Asamblea constitutiva que se realizaría el día 13 de Febrero de 1930, cuya acta transcribimos a continuación, la que es fiel copia de su original del correspondiente Libro de Actas:

«ACTA DE CONSTITUCIÓN»

En la Localidad de Colonia Caroya, Estación Jesús María, Provincia de Córdoba, siendo las 22 horas del día 13 de Febrero de mil novecientos treinta, reunidos los agricultores que al final suscriben, en asamblea general, bajo la presidencia del compañero Máximo Bergagna y con asistencia del delegado de la Central Armando Porta en representación del Consejo Directivo Central y después de oído el extenso plan de propósitos que persigue la Federación Agraria Argentina en bien y defensa del proletariado rural, que el delegado Armando Porta puso de relieve en forma amplia, resolvieron constituirse en Seccional de la misma, para lo cual se obligan a acatar y cumplir todas las prescripciones de sus estatutos que los que suscriben conocen y aceptan. Firman: Máximo Bergagna, Pablo Fantini, Domingo Braida, Juan H. Viola, Juan Luvino, Antonio M. Piuzzi, Juan B. Migotti, Marcos Pairuna, Antonio Colla, José F. Canale, Angel P. Uanino, José Sangoi, Luis Marcuzzi, José Nasinvera, Benjamín Lóndero, José Minetti, Santiago Costamagna, Enrique Visintin, Alberto C. Visintin, Virginio Visintin, Marcos Revelante, Costante Nicolodi, Luis Rizzi, Juan Nanini, Ernesto Zenarola, Leopoldo Lepore, David Toresani, Liverato Tosso, Guillermo Coseani, Domingo Seculín, Antonio Zadro, Carlos Lóndero, Francisco Cragnolini, Romano Griguol, Pedro Griguol, Juan Griguol, Cristóbal Goi, Clemente Coseani, Leandro Seculín, Agustín Peressotti, José Rosatto, Juan B. Visintini, Pedro Nanini, Marcelino Nanini, Raimundo Coseani, Humberto Tessino, Emilio Nanini.

Acto seguido se nombró una Comisión provisoria que se encargara de los cobros y de todos los trabajos para dejar definitivamente constituída la Seccional. Fueron los compañeros Máximo Bergagna, Juan B. Visintini y Marcelino Nanini, los que decidieron recorrer la Colonia cobrando y llenando las fichas en compañía del delegado Armando Porta y el Inspector José Varela. – Siendo las 24 horas se levanta la sesión».

El día 16 de Febrero de 1930, se realiza la primera asamblea general, con la asistencia de 52 socios, aprobados y puestos al día, en cuya asamblea se elije
la primer Comisión Directiva la que resulta compuesta por los siguientes:

  • Presidente: Juan B. Visintini.
  • Vicepresidente: Carlos Griguol.
  • Secretario: Máximo Bergagna.
  • Prosecretario: Antonio M. Piuzzi.
  • Tesorero: Marcelino Nanini.
  • Protesorero : Luis Marcuzzi.
  • Vocales : Agustín Peressotti y Francisco Cragnolini.

Una de las primeras resoluciones de la Comisión Directiva, fue la de instalar una sección para la venta de mercaderías a los asociados, alcanzando el mayor de los éxitos, ya que en el término de los primeros diez meses se vendieron mercaderías por valor de más de m$n 60.000.
Otro de los asuntos que en todas las reuniones se hablaba o comentaba era sobre la necesidad de organizar una cooperativa para la industrialización de la uva y de la fruta, abundante en aquella fecha. Según consta en el libro de Actas, corresponde al compañero Luis Marcuzzi el honor de haber efectuado la primer moción, dentro de la Comisión Directiva, en sesión de fecha 8 de Junio de 1930, de poner a consideración de la primera asamblea general de socios y de la Central de la Federación A. A., la instalación de una Bodega para la elaboración de vinos y una Fábrica para elaboración de dulces y conservas. Aprobada esta moción, la Comisión Directiva se encarga de hacer las gestiones para la formación de una cooperativa. Munidos de los estatutos de la Cooperativa Vitivinícola «La Rafaelense» se estudia su articulado y en sesión de fecha 26 de Julio de 1930 resuelven solicitar a la Central un delegado para que instruya y asesore a los asociados sobre la formación y administración de la Cooperativa en gestión. Consiguen como delegado al propio Presidente de la Federación Agraria Argentina, Don Esteban Piacenza, quien en una Asamblea General de socios realizada el día 16 de Septiembre de 1930, da una extensa conferencia sobre el tema que interesaba, o sea la formación de la cooperativa y la construcción de una bodega. En esta asamblea se resuelve, en principio, la constitución de la Cooperativa, aconsejando entonces el Presidente de la Federación no precipitarse dada la falta de conocimientos de la mayoría de los Colonos, proponiendo que soliciten para más delante a otro delegado a fin de que pueda dar las instrucciones necesarias. Pero generalizada la idea y contagiados por un enorme entusiasmo, sin vacilaciones deciden encarar el asunto, sin esperar nuevas instrucciones y sin interesarles los conocimientos aconsejados por el presidente de la Federación, así en sesión de fecha 20 de Setiembre, resuelven convocar a asamblea general para el día 4 de Octubre de 1930 para considerar la formación de la Sociedad. Se nombraron dos comisiones que recorrieron la Colonia visitando a los viñateros invitándolos a asociarse a la futura cooperativa y a asistir a la citada asamblea. En esta reunión se ha discutido largamente sobre el terreno a adquirir para levantar el edificio social y Bodega. Había una parte que insistía en que debía ser en un lugar céntrico (Lote 15), unos en el centro de la Colonia, otros en lugares donde donaban unos cuantos metros de terreno (interesados en valorizar lo demás y negociar la otra parte) y otra parte quizás los de mayor visión bregaban para que el edificio se levantara cerca de ferro-carril donde abunda el agua, etc. La asamblea fue muy agitada, ya se veían partes interesadas y se traslucían intereses particulares, pero finalmente prevaleció la cordura de algunos y se resuelve consultar y dejar al delegado de la Central para que decida cual sería el lugar más adecuado y conveniente para el levantamiento de la sede social. En esta reunión en la que asistieron 57 Socios de la Federación, se ha leído un proyecto de estatutos; se resuelve hacer firmar las solicitudes de Ingreso, hacer anotar o suscribir el número de acciones a los adherentes a la Cooperativa, se convoca a Asamblea constitutiva para el día 18 de Noviembre de 1930, y finalmente se nombra una comisión, presidida por el Delegado señor Armando Porta, para la redacción de los estatutos para que efectúen todos los trámites de la constitución de la Cooperativa, para que hagan suscribir acciones y visiten a los agricultores viñateros para ese fin. Así se llega a la parte preliminar de la constitución de la Cooperativa.

Al iniciarse el año 1939, la cooperativa contaba con 98 socios accionistas con un capital accionario de m$n 170.000. Durante el año ingresaron los siguientes socios: Pedro Nasinvera, Santo A. Zava, José J. Peressotti, Pedro Urbani y Ernesto Bergagna. Se cierra el ejercicio con 103 accionistas con un capital accionario de m$n 190.800.

En ese año, se puede decir, que no ha ingresado a la Sociedad ningún socio nuevo, dado que los que entraron venían entregando sus productos en condominio con otros socios
por lo que el progreso en el orden social se ha mantenido estancado nuevamente.

La producción de uva del año ha sido muy buena, los asociados entregaron 1.850.000 kilos de uva de muy buena graduación y se elaboraron 1.294.000 litros de vino.

Ese año se ha fijado el precio de la uva en m$n 0.55 la variedad Francesa y m$n 0.80 la arroba, la variedad de uva Americana, importando el total de la uva m$n 114.333,60. Los precios de las uvas seguían manteniéndose a precios relativamente bajos. Los precios de los vinos también se mantenían bajos, en el mes de abril se cotizan los vinos nuevos al precio de m$n 0.20 el litro desnudo y m$n 0.24 embotellado, sin envases. Los vinos viejos se vendían a m$n 0.23 el litro desnudo o sea, tres centavos el litro más elevado que el vino nuevo.

Como estas cotizaciones eran inferiores a los precios que se cotizaban los vinos cuyanos, las ventas se efectuaban sin inconvenientes, pero dejaban un mínimo de margen de utilidad.

En la noche del 20 al 21 de agosto de 1939, una fuerte helada que abarcó toda la Colonia y zonas vecinas, daña a todos los viñedos no sólo a la cosecha de ese año, sino que perjudica a muchos viñedos haciendo secar completamente a muchas plantas de vide (sic.). La pérdida de la cosecha ha sido general de un 95 a 100 por cien.

La Colonia durante toda su historia no ha tenido un desastre tan grande como ese año, aparte de llevar toda la cosecha de ese año, se ha llevado el 60 por ciento de la cosecha del año siguiente y muchos viñedos se han perdido completamente, los que fueron arrancados, por cuya causa ha disminuído grandemente las plantaciones de viñedos y por ende, la producción de uva.

Inmediatamente de producido este desastre el Consejo de Administración eleva los precios de los vinos, como lógica consecuencia dado que ya se sabía que en el próximo año no se tendría cosecha de uva y no había ninguna perspectiva de poder adquirir uva de las zonas, vecinas. Es así que en diciembre se cotizaban nuestros vinos al precio de m$n 0.25 el litro desnudo y m$n 0.27 el litro, sin envase el vino embotellado, puesto en bodega.

Durante el ejercicio del año 1939, se han efectuado ventas de vinos y sub-productos
por un valor de m$n 458.518,18. Deducido el valor de la uva, elaboración, envases, impuestos y demás gastos, queda una utilidad bruta de m$n 89.683,99. Para el año siguiente queda una existencia de más de 3.500 cascos de vinos inventariados en
la suma de m$n 121.245,86. Con esta existencia de vino, la Cooperativa pudo seguir atendiendo, aunque en forma precaria, a toda la clientela durante todo el año 1940.
En ampliaciones se han invertido $18.881,69, construyendo nuevas piletas de conservación, depósito de destilería y en maquinarias que se efectuaron y adquirieron
en los primeros meses del año. Al final del ejercicio se contaba con un capital fijo de
m$n 171.202,64 una vez deducidas las amortizaciones.

El excedente líquido del ejercicio fué de m$n 47.236,19 que representaba un retorno de 37.8 por ciento sobre el valor del producto entregado. El considerable aumento por porcentaje de retornos, se debió más que todo al aumento del precio de venta de los vinos en los últimos meses, del año, que el Consejo de Administración ha resuelto aumentar en vista de la pérdida total de la cosecha por causa de la fuerte helada. El ejercicio financiero ha sido bueno considerando el porcentaje de retornos que le correspondió a los asociados que aportaron productos, parte de la ventaja de disponer, de una considerable existencia de vinos con cuyas, reservas se aseguraba el éxito del futuro ejercicio.

La Organización Gremial representada por la Federación Agraria Argentina, seguía su curso normal; todos los accionistas jefes de familia, eran socios de la Federación; sobre un total de 103 accionistas, 85 pertenecían a la Federación local. En Asamblea General Ordinaria de socios de fecha 19 de febrero de 1939, se renueva la comisión Directiva, la qe quedó formada en la siguiente forma:

  • Presidente, Juan B. Visintini
  • Vicepresidente, Gildo Rizzi
  • Secretario, Juan A. Grión
  • Prosecretario, Miguel Grosso
  • Tesorero, Sebastián Pautaso
  • Protesorero, Juan Degióvanni
  • Vocales: Antonio M. Piuzzi y Sebastián R. Londero
  • Síndico: Valentín Braida.

Ese año la Federación participa con una nutrida delegación a la gran concentración Agraria, realizada en la ciudad de Bell Ville y también participa con dos delegados al Congreso General de la Central.

Al entrar al año 1940, el Consejo de Administración, trata de solucionar el grave problema de la pérdida total de la cosecha de uva buscando la forma de poder adquirir uvas o vinos para atender a la clientela y evitar una paralización en la cooperativa. Se resuelve convocar a los accionistas a una Asamblea General extraordinaria que se realiza el día 17 de Enero de 1940, para tratar únicamente el problema de la pérdida de la cosecha. En la referida asamblea se ha tomado la siguiente resolución que consta en el libro de actas, correspondiente y en cuya parte pertinente
dice así:

«El presidente manifiesta que el Consejo de Administración, ha citado a esta Asamblea, para que los asociados conozcan la situación por la que se atraviesa frente al problema que les crea la pérdida de la cosecha actual y la segura pérdida de más de la mitad de la cosecha venidera por causa de las heladas.

Luego informa que los estatutos y las leyes de cooperativas son terminantes en el sentido de que la elaboración se debe hacer con uvas de sus asociados, debiéndose buscar la forma de evitar, —en estos momentos— que esa disposición perjudique a los intereses
de la cooperativa que son de los asociados, por cuanto al no poder elaborar vinos se paralizaría todo movimiento en la Bodega, por ende, de la Destilería y Licorería, y al no tener productos para la venta, por falta de contacto, se perdería toda la clientela; además todo el capital que se tiene invertido forzosamente perdería su interés y no se podría efectuar las amortizaciones normales y otras varias causas que afectarían la marcha de la Sociedad.

Se generaliza un largo debate sobre este particular y finalmente el accionista Antonio M. Piuzzi, propone que por esta vez y como caso de excepción se faculte al Consejo de Administración para gestionar a las autoridades nacionales, el permiso para elaborar vinos con uvas adquiridas, a cuyo efecto el Consejo podrá arbitrar los medios necesarios a tal fin. Juan B. Migotti, apoya la moción del señor Piuzzi y hace indicación de que extremen todos los medios para conseguir el permiso a la mayor brevedad. Luego el presidente pone a votación la moción y habiendo consentimiento general, dá por aprobada por unanimidad».

Para gestionar el permiso, el Consejo de Administración nombra en comisión a los señores presidente, vicepresidente y Enólogo, D. Máximo Bergagna, don Juan B. Visihtini y don Miguel Grosso, para que se trasiaden a Buenos Aires a los efectos de exponer y activar la gestión. Al ministro de Agricultura se le presenta el siguiente memorial:

«Colonia Caroya, Enero 20 de 1940.
A S. E. el señor Ministro de Agilcultura de la Nación, Ing. José Padilla, Buenos Aires. S/D.

«La Caroyense Cooperativa Vini, Frutícola, Agrícola Federal Ltda., de Colonia Caroya», provincia de Córdoba, departamento Colón, ante S. E., respetuosamente se presenta y expone:
Que esta Cooperativa se dedica como actividad principal a vinificar e industrializar la producción de las uvas de sus asociados, todos, residentes en esta zona del Dpto. Colón, de esta provincia.
Que la elaboración del vino es uno de los medios principales del sostén económico de la gran mayoría de los pequeños viñateros que componen esta cooperativa.
Que en el presente año, la totalidad de la cosecha de uva se ha perdido, debido a las intensas heladas de Primavera, dejando sólo un porcentaje de cosecha que se calcula en menos del 10 % en algunos viñedos. Además muchas plantaciones han quedado tan perjudicadas que los daños afectarán en más de la mitad a las cosechas futuras, creando en consecuencia, una situación irregular en el desenvolvimiento de las operaciones normales que debe efectuar esta cooperativa, y que, al paralizarse el movimiento, la Sociedad no podrá hacer frente al pago de los intereses al capital invertido ni efectuar las amortizaciones normales, siendo el único medio, la comercialización de los productos vínicos.
Que, esta cooperativa se encarga directamente de vender y comercializar los vinos y sub-productos cuya mayor parte es colocada en la plaza de Córdoba, y anualmente se efectúa la distribución de los retornos de sus utilidades de acuerdo a las Memorias y Balances que se publican en pequeños folletos, como lo que se adjuntan a este memorial.
Que se perdería la plaza para la colocación de los productos y la vasta clientela con largos años elaborada.
También, los asociados se verían privados de los retornos de los excedentes anuales, siendo que hoy es el medio de vida de la gran cantidad de asociados que forman esta entidad, siendo así que el hogar de unos 90 colonos, todos ellos pequeños productores, se vé amenazado por una situación financiera crítica y con perspectivas de hacerse más penosa en lo sucesivo, dado que por otra parte la Cooperativa no podrá dar los adelantos que prevén los Estatutos Sociales, ya que la paralización de toda clase de operaciones priva a la Sociedad de la posibilidad de un negocio. Es por ello, que en esta oportunidad y por vía de excepción, que recurrimos al sentimiento justiciero de S. E., pidiendo que se permita a esta Cooperativa «La Caroyense», apartarse de lo establecido por el articulo 13 de la Ley de Cooperativas, y se le faculte para la adquisición de uvas para vinificar de donde lo creyera conveniente.
Que en la presente solicitud, acompaña una copia de los Estatutos, Memorias y Balances, de todos los ejercicios, nómina de sus asociados, con las hectáreas de viñedos que poseen cada uno, como así también una copia del Acta de la Asamblea General de fecha 17 del corriente mes, que autoriza al Consejo de Administración para efectuar estas gestiones.
Esperando una resolución favorable a este pedido que respetuosamente solicitamos, tienen el honor de saludar a S. E., con la consideración más distinguida.

(Fdo.): Ernesto Zenarola, secretario; Máximo Bergagna, presidente».

La Comisión nombrada se entrevista con el ministro de Agricultura de la Nación, con el director de la Junta Reguladora de Vinos, con el jefe de la División de Cooperativas y con él administrador de Impuestos Internos y sin demora son bien recibidos, ocupándose todos de solucionar nuestra situación, la que es resuelta de acuerdo a la nota cuyo texto dice así:

«Exp. N° 1021-40, Buenos Aires, Febrero 19 de 1940. Nota N° 946 D. G. I.
Señor presidente de «La Caroyense Coop. V. F. A, E.Ltda., de Colonia Caroya,
don Máximo Bergagna.
Jesús María F. C. C. C.
Me es grato dirigirme a Ud. en contestación a su notas de 11 y 20 de enero ppdo, y telegramas del 30 de ese mismo mes.
Los artículos 2° inc. b) 4o. y 5o., del estatuto de esa Sociedad, figuran las actividades económicas de la Cooperativa, que se circunscribe a la elaboración de uva de propiedad de sus asociados. No se ha previsto, por supuesto, el caso de fuerza mayor cual sería la perdida de las cosechas, y, por consiguiente, la paralización de la actividad social que podría traer como consecuencia una pérdida de clientela y la disminución del Giro Comercial.
A juicio de este Ministerio, esta situación —que debe evitarse— no podría llegar a dispensar el cumplimiento de la Ley autorizando a viticultores no asociados a hacer uso de los servicios de la sociedad. Nada se opone, sin embargo, a que la cooperativa excepcionalmente adquiera uva por su cuenta hasta completar el nivel normal de elaboración de la bodega.
En este caso, debe tenerse en cuenta que no podrá distribuirse retornos a los
socios en la parte correspondiente a la uva adquirida a terceros debiendo contabilizarse la parte correspondiente como reserva especial, que el señor presidente se servirá comunicar a este Ministerio las operaciones que en virtud de esta situación realice. Saludo a Ud. muy atentamente. Julio Unen, subsecretario del Ministerio de Agricultura
de la Nación».

Observaciones:

El presente articulo se desarrolla a través de las ediciones número cuatro, cinco, nueve y diecisiete del Cooperativista. En este momento se visualiza una parte del articulo completo.